26.9.11

La decisión y la voluntad


LA DECISIÓN Y LA VOLUNTAD.
“Que tu apuro no le reste vida a tu día”
_________________________________________

         Un buen día tomaremos la decisión de cambiar. Por distintas razones. Un susto en la condición física, una enfermedad, nuestro aspecto o un clic que surge espontáneamente.


         Es un momento importantísimo. No debemos subestimarlo. Ni aún no habiendo hecho nada ni haber empezado. Es una motivación, es un inicio y un llamado a cambiar para mejorar nuestro estado  y aspecto físico.

         Esta decisión debe implicar que a partir de ese momento hemos resuelto tratar de anteponer nuestro cuerpo, nuestro bienestar físico y mental, a cualquier otra cosa. Deberá ser  “primero yo” y después lo demás.

         Si bien tendremos que adaptarnos al mundo - que sigue viaje sin interesarle ni saber de nuestro propósito - debemos comprender que a partir de esta decisión, y buscándole la vuelta a los horarios y los días, no debe haber excusas ni laborales, ni familiares, ni de tiempo, ni del mal tiempo, ni del frío ni del calor que nos desvíen del propósito. Porque a partir de ese momento aparecen excusas por todos lados. La excusa al principio y por un tiempo es el enemigo a vencer.

   
La voluntad de vernos mejor y los resultados son los que pueden vencer a la excusa. De modo que hay que encontrar el horario, calzarse las zapatillas y arrancar. Aunque con pocas ganas hay que andar. Con el tiempo ese esfuerzo de voluntad que hacemos al principio se diluye y es casi  una necesidad la rutina. Y no solamente necesidad. Esperamos con ansiedad que sea la hora para arrancar. En éste punto la actividad física será más importante que todo lo demás. Es la creación de un nuevo hábito. Un hábito saludable.


         Cuando la excusa le gane, porque seguramente alguna vez así será, reponga el tiempo que perdió. No importa a que hora ni como. Repóngalo como promotor de hábito, como responsabilidad elemental, como castigo a su debilidad o imposibilidad de hacerlo en su otro momento. Pero reponga. Y si no puede, bueno, no se haga tantos problemas. Tampoco es la vida y la muerte.

No hay comentarios: