Aumentando la actividad.

AUMENTANDO LA ACTIVIDAD.

“Que tu inquietud tenga tu edad”

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                Hay dos razones importantes para aumentar, modificar y variar la actividad física: la primera es la monotonía en la que podemos caer al hacer siempre lo mismo. La segunda es que el cuerpo llega a una meseta en la que ya no hay cambios visibles y necesita de alteraciones en la rutina para volver a responder positivamente. Los músculos frecuentemente precisan de nuevos esfuerzos, ritmos o ejercicios para aumentar de tamaño.  Y más músculo significa menos grasa, es decir menos obesidad.

         En primer lugar podríamos incrementar el tiempo dedicado a caminar. Si estamos caminando una hora por día, podríamos caminar algo más o modificar nuestros recorridos, o bien comenzar a intercalar algún trotecito, corto y suave.

         Si esto no nos convence tenemos que iniciar otra actividad física: el gimnasio, la bicicleta o la natación. Son actividades de poco impacto para los huesos y las articulaciones y de un consumo energético importante.

         Si usted se encuentra físicamente bien, con un sobrepeso de no más de un 15 % (si su peso ideal es 75 kilogramos y usted pesa 86/90 kilogramos) puede ir probando el trote suave. Pero siempre empezando de a poco. Pruebe 50 metros y camine hasta recuperarse y así sucesivamente. Nunca exagere cuando empieza algo nuevo porque puede generar un problema muscular o en las articulaciones.

         El trote es un capítulo específico. Sin embargo esta introducción es solamente para incorporarlo de a poquito en la caminata. Para ir acostumbrando las rodillas, los pulmones, los músculos, las articulaciones y los huesos a un impacto más fuerte que el caminar. Recuerde que no es lo mismo trotar con 90 kilogramos de peso que hacerlo con 80 kilogramos. Es notable la mejora cada dos kilogramos menos de peso. De modo que si empieza, también esto es un incentivo para seguir con nuestra dieta.

         No tenga vergüenza de trotar pocos metros y recuperarse. Porque todos empezamos de esa manera. La recuperación, tanto aquí como en toda actividad, es un punto importantísimo que generalmente no se tiene en cuenta. Siempre los músculos y los pulmones sometidos a una nueva exigencia deben recuperarse en función de su estado físico puntual.