A TRATARSE BIEN…!
“Lo más importante es llevarse bien con uno mismo”.
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Hay que llevarse bien con nuestro cuerpo, y es impensable lograrlo si no lo tratamos bien.
Ya hemos analizado la alimentación y el ejercicio físico. Ambos ítems son los pilares para adecuar la relación peso/músculo a una posición lo más ideal posible a la edad y altura de nuestro cuerpo (Índice de Masa Corporal) que a su vez se vincula a nuestra agilidad y capacidad de resistencia al esfuerzo y esto es directamente proporcional a nuestro estado de salud y bienestar.
Sin embargo cuando se logra éste objetivo básico, podemos, y desearemos, avanzar en aspectos más periféricos de nuestro bienestar. Por ejemplo el descanso, la salud bucal y los controles médicos.
El descanso debe aumentar a medida que aumentamos la actividad física. Los músculos deben descansar. El cuerpo tiene que descansar. Como mínimo hay que dormir ocho horas diarias, más una siesta de 20/30 minutos. La siesta no es una pérdida de tiempo. Es un descanso del corazón que lo necesita a medio día. El organismo se relaja y mejora el estado de ánimo y disminuye la tensión. Dormir menos de ocho horas por día es catastrófico para la salud y la belleza.
Pero además el cuerpo debe recuperarse de la actividad física. Y de acuerdo a la intensidad de la actividad que se ha desarrollado, el descanso será proporcional. Así podemos realizar una actividad de trote al mediodía o a la tarde si a la mañana temprano hemos ido al gimnasio. Pero no podemos trotar por ejemplo 12 kilómetros todos los días salvo un estado físico excelente que lo permita. Podríamos hacerlo dos o tres veces por semana con uno o dos de descanso entre ellos. En esos días de descanso podemos hacer bicicleta que es otro tipo de esfuerzo e impacto menor. O bien tomarnos un día de “descanso” y salir a caminar una hora.
Es importante no saturar con excesiva actividad el cuerpo. Debe recuperarse lo suficiente para poder reiniciar con ganas la siguiente rutina. Cada uno verá que está descansado cuando está con ganas de volver al gimnasio o al trote. Y si alguna vez está con poco interés, modifique la rutina.
Cuando se acueste, estírese. Estire las piernas y los brazos. Disfrute haciéndolo porque las fibras de los músculos se lo agradecerán. También puede estirarse cuando hace la cola en un banco o cuando espera a alguien.
Cada vez que regrese de una actividad física dese una ducha de agua tibia que le hará muy bien a su aseo personal y a reestablecer la normalidad en los músculos y las articulaciones. Algunas personas después de la ducha siguen traspirando. Puede probar al final de la ducha de agua tibia hacerlo un minuto con agua fría para contraer los poros. No tema ducharse dos o tres veces por día si le hace falta. No se gasta la piel. Al contrario se revitaliza.
Tratarse bien y ser prevenido significa visitar al médico. Lo mejor es ver un clínico general y explicarle que necesita un control para realizar actividad física de suave a moderada. Los análisis que le solicite (sangre/orina/presión arterial/electrocardiograma/etc.) debe guardarlos, porque es importante a los seis meses o al año volver a repetirlos y comparar. En el caso de las mujeres convendrá que realicen estudios de mamografías, densitometrías y otros que les indiquen. Los hombres también deberían, una vez por año, asistir a un urólogo para ver la próstata y su evolución. Es tan importante revisar su auto antes de partir de vacaciones, como revisar su cuerpo para que no falle, o, si hay fallas, detectarlas a tiempo. Y si usted tiene una sospecha, dolor, malestar u otro síntoma anormal, no pierda tiempo. Asista a un buen clínico general que eventualmente lo derivará.
También cuide su salud bucal. Visite un odontólogo y vea que tenga la dentadura y las encías como corresponde. Es importante tener la dentadura sana y las encías sin enfermedades (piorrea). Lávese correctamente los dientes después de almorzar y cenar y consulte con el odontólogo que otra medida higiénica puede adoptar. Si le sangra al cepillarse no crea que es hipertensión. Posiblemente sea piorrea y esto se soluciona fácilmente.
Recuerde finalmente que la salud no puede comprarse. De modo que las personas que tienen buena salud y estado físico son las más ricas. De nada sirve ser adinerado y enfermo. Y, a veces, las personas pierden el rumbo en la vida corriendo detrás de mejoras económicas que, finalmente, no las pueden disfrutar. Las terminan disfrutando los herederos. Y cuánto más edad más importante es la actividad física y menos el equipaje necesario de llevar así que lo podemos ir aligerando.
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